Por Uriel Ariza-Urbina
El mundo entero extraña los conciertos de música en vivo. No se trata de una entretención cualquiera. Es una de las actividades que más identifican y unen a los pueblos. En Colombia, asistir a espectáculos musicales y compartir con amigos y sus artistas favoritos es tan esencial como ir al trabajo. Es la actividad de mayor consumo cultural en el país, de acuerdo con encuestas anuales del Dane. Nuestro país tiene una fuerte preferencia por conciertos, recitales y eventos de música en espacios abiertos o cerrados y en vivo. Y todos se preguntan cuándo volverán a disfrutar de nuevo de un concierto en vivo sin ninguna restricción.
“Hay que crearse alternativas que sean muy valientes y no dejar morir la música. Nos hace mucha falta la música en vivo, es uno de los rituales culturales que más hacen falta”, dijo Álvaro Gonzáles Villamarín, ‘El Profe’, reconocido periodista musical y locutor de Radiónica, ante la reiterada pregunta de los fanáticos. La industria musical y los artistas no se han quedado quietos en todo este tiempo y se las han ingeniado para mantenerse vigentes creando alternativas de negocios, como los streaming. Sin embargo, nada puede reemplazar la conexión entre el artista y el espectador de un concierto en vivo.
Además, las expectativas económicas para empresarios, autores, compositores y entidades como Sayco, que recauda y distribuye los ingresos por derechos de autor a sus dueños, se han visto mermados de manera drástica, a pesar de que algunos artistas han realizado fugaces apariciones para no perder actualidad. Pero al parecer ya se asoma una luz al final del túnel como parte del plan de reactivación económica del Gobierno, siempre y cuando se cumplan ciertas condiciones, como el aforo inicial del 25 por ciento de la capacidad disponible para eventos.
“Un aforo del 25 por ciento es complicado, pero es algo, un camino, un grano, pero esperamos que nos abran los conciertos”, dijo Alfredo Villaveces, empresario del gremio. En el último informe del Dane, las actividades artísticas, de entretenimiento y recreación perdieron 11,7 por ciento de su valor agregado en 2020, y ha sido uno de los sectores más golpeados por las cuarentenas y restricciones. “La música en vivo es un elemento muy importante de la construcción de un mercado, pero también de la memoria artística, estética y cultural que forma parte de ese mercado del entretenimiento”, dijo El Profe Gonzáles, quien tiene esperanza de que las cosas mejoren para el segundo semestre de 2021.
Es cierto que la tercera ola de la pandemia ha tenido a las autoridades en alerta, y en la actualidad no hay una fecha aproximada sobre cuándo arrancarán de nuevo los espectáculos musicales con el 50 por ciento del aforo, y menos para el 100 por ciento. Los miembros de las distintas empresas y entidades oficiales y privadas encargadas de los grandes escenarios artísticos y deportivos propios para los espectáculos están trabajando de la mano con otras organizaciones para reiniciar cuanto antes el show que tanta falta le hace al país.
Es así como el Movistar Arena, por ejemplo, adecuó sus instalaciones y en conjunto con una importante entidad de salud llegaron a un acuerdo para iniciar la vacunación masiva más grande de Colombia, y así aligerar la inmunización colectiva requerida por las autoridades sanitarias para que puedan realizarse eventos musicales masivos. Este escenario tenía programadas para los primeros meses de 2020 más de diez conciertos con artistas como Eros Ramazzotti, Backstreet Boys, los Reyes Vallenatos, Raphael, Juanes y Alejandro Sanz, entre otros, pero todo debió cancelarse.
En la misma línea del emprendimiento musical en vivo está Ocesa Colombia, empresa promotora de eventos, cuyo 51 por ciento pasó a manos de la multinacional Live Nations, que comercializa anualmente más de 50 millones de entradas a eventos en el mundo. Ocesa lanzó en fecha reciente la segunda temporada de ‘Caravana’, una serie de conciertos musicales en vivo que cuenta con los beneficios tributarios de la Economía Naranja.
El teatro Jorge Eliécer Gaitán también reabrió, y el Julio Mario Santo Domingo tiene programados 166 espectáculos y 209 funciones para este año, que incluye el V Festival Internacional de Música Clásica de Bogotá y 31 conciertos. Por su parte, los amantes del séptimo arte ya empezaron a asistir de nuevo a las salas de Cine Colombia desde el martes 15 de junio, bajo estrictas medidas de seguridad, aforo limitado, impecable nivel de aseo e higiene y altos estándares de bioseguridad.
Las cancelaciones y aplazamientos en los grandes festivales están en el orden del día. El Carnaval de Barranquilla y el Festival de la Leyenda Vallenata, entre otros, debieron cancelar sus presentaciones, aunque este último se realizaría en los primeros días de octubre. Hay por lo menos 16 conciertos en todo el país que fueron cancelados este año, pero ya se han reprogramado. Alejandro Sanz volverá del 19 al 28 de noviembre, Marron 5 y José Luis Perales se presentarán este mismo mes en Medellín y Bogotá. El Festival Estéreo Picnic, en Sopó, del 4 al 6 de diciembre, y para el 1 del mismo mes estarán en Bogotá la banda Kiss y Kali Uchis.
La industria musical fue de las que primero suspendió sus actividades y será la última en recuperase económicamente. Para los manejadores de los espectáculos, por ahora un aforo del 25 por ciento es una restricción que hace imposible pensar en la viabilidad a largo plazo, y para que el show pueda continuar es necesario que la vacunación avance a buen ritmo y las autoridades den vía libre para ampliar el aforo, y así los colombianos puedan volver a cantar, por fin, donde más les gusta: en escenarios en vivo.