“La parranda vallenata”: reina del folclor

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 A la parranda se le ha cantado desde siempre, pero es la primera vez que se alza como mejor canción inédita en el Festival de la Leyenda Vallenata. Gustavo Calderón, un compositor Sayco, es el ganador. 

Por Uriel Ariza-Urbina

El Festival de la Leyenda Vallenata es en realidad la parranda más larga y participativa del folclor colombiano, y la máxima expresión de la música vallenata. El merengue “La parranda vallenata”, del compositor Gustavo Calderón, es un homenaje al espíritu de esta música, y escogida como la mejor canción inédita en el Rey de Reyes de la versión 55 de este certamen.Desde la histórica ejecución de “Pedazo de acordeón”, por Alejo Durán, en 1968, un merengue no despertaba tanto entusiasmo en el Festival. La canción “La parranda vallenata” se convirtió en un punto de inflexión en el brusco cambio que ha sufrido la música vallenata, en el que se han reemplazado el estilo y el canto clásicos por nuevas melodías y estribillos de amor en los tiempos de las nuevas tecnologías de la comunicación.

“Este merengue lo hice hace diez años, sin pensar que lo iba a presentar en el Festival; yo compongo porque me sale del ama”, dijo el sandiegano Gustavo Calderón. Y aunque la parranda vallenata siempre se ha mantenido vigente, el ritmo de merengue ha ido desapareciendo en las últimas décadas, así que la canción de Calderón se convierte en una buena excusa para devolverlo a la actualidad musical.“Hay que ir por el rescate de este aire tan auténtico, yo soy especialista en componerlo, me brota con facilidad”, explica Calderón. Y aunque en sus orígenes, la parranda vallenata era una reunión solo de amigos para expresar los sentimientos y contar historias, “en estos tiempos de modernidad era indispensable incluir a la mujer, porque parranda sin mujer no tiene sentido”, agregó el compositor.

Pero no toda interpretación de caja, guacharaca y acordeón es una parranda vallenata. Primero se debe tocar bien, porque es algo sagrado e imperdonable que haya una mala interpretación del acordeón, un canto sin fuerza o se interrumpa la ejecución. “Para que una parranda sea memorable, hay que saber tocarla”, enfatiza Tomás Darío Gutiérrez.El resultado es pura magia: “En una parranda se detiene el tiempo y el espacio. Es como si el mundo exterior no existiera. Eso es muy emocionante”, dijo Poncho Zuleta Díaz. O como recuerda Gustavo Gutiérrez, cuando un primero de enero caminaba por las calles del viejo Valledupar y pasó por la casa de Petra Arias y sintió la nostalgia de las parrandas de su ayer. “Allá por el Cañaguate, pedacito de mi Valle, la noche durmió su encanto en acordeón por toda la calle. Parrandas inolvidables se fueron, callecita tan lejana y ahora es tocadisco, y ya no se oyen más los sones con sus detalles; casitas blancas de palma, ¡qué dolor! murió la alegría en el Valle”, cantó Gustavo Gutiérrez.Eran las parrandas de Escalona, Toño salas, Emiliano Zuleta, Leandro Díaz Andrés Becerra, Poncho Cotes, Jaime Molina…. Hoy, la parranda ha cambiado por la amenaza de la modernidad y la irrupción de un nuevo integrante de la comunicación, el móvil. Como dice Rosendo Romero: “Una parranda no se puede interrumpir, es una ofensa a la música y al rito de la amistad”. Un compositor SAYCO, Gustavo Calderón, le devuelve a la parranda su importancia para darle más fuerza al folclor vallenato.

Y a la “La parranda vallenata” la acompañaron las canciones finalistas, también meritorias de ganar, de acuerdo con el jurado y el público. Ahí pegadita estuvo en el segundo lugar la canción “La voluntad de Dios, del compositor y creador del himno del Festival, Rafael Manjarrez, una experiencia de amor y reconciliación con la vida tras los difíciles momentos de la pandemia.“Soy cristiano y creyente de Dios, por excelencia. Cuando estuve en la clínica contagiado por el Covid-19, afiancé más esa creencia; incluso en mi vida cotidiana la presencia de Dios es imprescindible”, dijo Manjarrez, quien reconoció que todas las canciones eran muy buenas, porque fueron creadas por reyes de la canción inédita, y cada tema tenía una connotación que llega al corazón.De aquel grupo de amigos provincianos que salían de noche de farra tocando sus instrumentos para divertirse y sanar las penas, hace ya cien años, la parranda vallenata sigue seduciendo como en sus primeros días, porque en ella sigue estando el alma de esta música.

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